La Biblia contiene más versos sobre el dinero que sobre el Cielo y el Infierno juntos. ¿Por qué? Porque Dios nos creó y conoce el papel que el dinero juega en nuestras vidas.
Pero a lo largo de los 2.350 versículos sobre el dinero, ninguno de ellos dice que el préstamo, o estar en deuda, está prohibido. La Biblia no contiene un mandato directo de nunca pedir dinero prestado. Sin embargo, indica claramente que el endeudamiento viene con cargas y consecuencias negativas. Las Escrituras son claras de que si bien la deuda misma no puede ser pecaminosa, tampoco es lo mejor de Dios para Su pueblo. Esto es porque cuando elegimos pedir dinero prestado, estamos poniendo nuestra confianza en una tarjeta de crédito o un prestamista en vez de en Cristo. Como dice Proverbios 22:7, “Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores.“. El préstamo puede convertirse fácilmente en un hábito o ciclo muy rápidamente, alejándonos del Señor y de la libertad que Él ofrece.
Estos principios bíblicos sobre el endeudamiento no han cambiado, aun cuando la moneda por que usamos sí lo ha hecho. Las tarjetas de crédito no son malas, son neutrales. Las tarjetas de crédito son un recurso, una forma de moneda, y por sí mismas no pueden hacer bien ni mal. Pero la forma en que elija utilizar su tarjeta de crédito determina su impacto positivo o negativo.
Cuando se utilizan con prudencia, las tarjetas de crédito pueden ayudarle a ganar recompensas y beneficios. Las tarjetas de crédito puede en cierto sentido te pueden dar dinero gratis. Dependiendo de la tarjeta, puede ganar puntos de reembolso en efectivo, millas de viajero y otras ventajas al hacer compras con su tarjeta y pagarla por completo al final de cada mes. Pero recuerde – ninguna recompensa o beneficio vale la pena al llevar un saldo en su tarjeta de crédito.
Pero cuando se utiliza de manera incorrecta, se atrapa en un ciclo de deuda, incapaz de hacer progresos y así desperdiciando dinero en cargos de interés, incurriendo en más deuda para tratar de mantenerse a flote. Pagar cualquier deuda requiere disciplina y sacrificio que lamentablemente muchas personas ya no tienen.
En la última década, la deuda total de los hogares en los Estados Unidos ha aumentado un 11%. El hogar promedio tiene un saldo de tarjeta de crédito de más de $16,000. Incluyendo toda la deuda (como hipotecas), el hogar promedio debe $135.284. Debido a la aceptación creciente de confiar en la deuda para la supervivencia, esto abre una oportunidad maravillosa para que el cuerpo de Cristo se vea y gaste de manera diferente que el resto del mundo.
Estos son los principios bíblicos generales a tener en cuenta al orar sobre el uso de su tarjeta de crédito:
- Evite fianzas. La Biblia es explícitamente clara acerca de evitar la fianza (el depósito de una promesa en dinero, bienes, o pago parcial por una mayor obligación). Proverbios 11:15 nos dice que no debemos ser fiador para otra persona – “El fiador de un extraño saldrá perjudicado; negarse a dar fianza[a] es vivir en paz“.
Y Proverbios 22:26-27 nos recuerda más peligros asociados con los préstamos: “No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; porque, si no tienes con qué pagar, ¿te quitarán hasta la cama en que duermes?”
- Si utiliza una tarjeta de crédito para los puntos o recompensas, páguela en su totalidad al final de cada mes. Romanos 13:8 dice: “No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros…” En realidad no ayuda a su puntaje de crédito llevar un balance de mes a mes y los cargos por intereses tienden a ser escandalosos. Asegúrese de hacer su investigación y encontrar una tarjeta que tiene un gran programa de recompensas. Recuerde el Salmo 37:21: “Los malvados piden prestado y no pagan, pero los justos dan con generosidad.”
- Evite la deuda a largo plazo. Si incurre en cargos en su tarjeta de crédito, deje de usarla hasta que haya pagado todos sus cargos y trabaje diligentemente para pagarlos tan pronto como sea posible. La hipoteca de su casa debe ser la única deuda a largo plazo que tenga, si la hay, e incluso que debería trabajar para pagar lo antes posible.
- Pague lo que debe. Para los cristianos, la bancarrota no debería ser una opción. Cuando usted pide prestado, usted está haciendo un voto o una promesa para pagar lo que usted pide prestado. Incluso si la ley dice que la bancarrota es una opción aceptable, Dios todavía espera que paguemos todas nuestras deudas y cumplamos nuestras promesas. Eclesiastés 5:4-5 explica: “Cuando hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a Dios no le agradan los necios. Cumple tus votos: Vale más no hacer votos que hacerlos y no cumplirlos“. Puede tomar tiempo, trabajo duro y mucho sacrificio, pero puede pague sus deudas y honre al Señor mientras lo hace. Lea la historia de la viuda en 2 Reyes 4 para encontrar aliento, e ¡imagine el poder de su testimonio después de trabajar para pagar sus deudas!
- Tener un fondo de ahorro de emergencia. Este puede ser uno de los principios más importantes a seguir cuando se trata de lograr cualquier estabilidad financiera. La mayoría de los estadounidenses ni siquiera tienen $500 ahorrados. Añada eso a la cantidad asombrosa de deuda acumulada por cada hogar y no es de extrañar que la deuda de tarjeta de crédito es una epidemia creciente. Proverbios 21:20 dice: “En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra.” Protéjase de tener que depender de sus tarjetas de crédito para pagar una emergencia o un gasto inesperado al tener una cuenta de ahorros saludable. Comience con un $1.000 y trabaje hasta ahorrar un año de gastos de vida.
- Cree un presupuesto. Esto aplica a aquellos con y sin deuda. Cumplir con un presupuesto es la mejor manera de ver dónde va su dinero y qué propósitos está sirviendo.
- Si necesita salir de la abrumadora deuda de tarjetas de crédito, póngase en contacto con Christian Credit Counselors. Su equipo altamente capacitado de consejeros amigables pueden ayudarle a establecer un plan para pagar sus tarjetas de la manera correcta.
¡Recuerde que no todo el mundo debería tener una tarjeta de crédito! Sea honesto consigo mismo y ore sobre la decisión antes de seguir usando la suya o antes de obtener una. Se necesita una gestión sabia y disciplina para utilizarla de la manera correcta, así que ahórrese la deuda y el dolor si usted sabe que no va a manejarla correctamente.
Si necesita un plan para pagar su deuda, comience con la Calculadora de Deuda. Le mostrará exactamente cuánto tiempo tomará para pagar su deuda, cuánto interés puede ahorrarse, y un calendario de pagos a seguir. Es fácil utilizar, ¡así que no espere!