Querido Chuck,
Me he estado preguntando últimamente cuál es el equilibrio entre ser un buen ciudadano y un buen mayordomo. Quiero ser un buen ciudadano y comprar productos hechos en Estados Unidos. Pero también quiero ser un buen mayordomo y encontrar el menor costo de productos. ¿El compra productos estadounidenses realmente importa en la economía actual?
“Mayordomo Patriótico”
Querido “Mayordomo Patriótico”,
Esta es una gran pregunta ya que existe una gran preocupación sobre las guerras comerciales en nuestro país ahora. No estoy a favor de cerrar nuestras fronteras ante las importaciones; una economía abierta con opciones competitivas es buena para todos, pero dadas las mismas opciones de productos, la compra de productos nacionales tiene mucho sentido económico para cualquier nación.
Específicamente, la compra de productos hechos en Estados Unidos contribuye a la estabilidad económica de nuestra nación y respalda a las empresas locales, las comunidades locales y los estados individuales. Cuando florecen las empresas estadounidenses, pueden expandirse, contratar a más empleados de la comunidad y contribuir con más impuestos al gobierno local.
El grupo sin fines de lucro, Reshoring Initiative, informó que 171,000 empleos fueron devueltos a los Estados Unidos en 2017. “Creemos que los enormes aumentos se basaron principalmente en la anticipación de una mayor competitividad de EEUU debido al impuesto corporativo esperado y recortes regulatorios después de las elecciones de 2016”.
Considere la industria textil. William McCrary, Jr., presidente del Consejo Nacional de Organizaciones Textiles (NCTO) informó que 550,000 estadounidenses están empleados en el sector textil de los Estados Unidos y que las exportaciones de textiles y vestimenta fabricados en Estados Unidos en 2017 fueron de 28,600 millones de dólares.
¿Comprar productos americanos le hace un mejor mayordomo?
Si todas sus compras son de fabricación estadounidense pero no provee para su familia, no da, ahorra o invierte, entonces no es un buen mayordomo. La mayordomía significa rendir sus finanzas a Dios y reconocerse a sí mismo como un mayordomo, no como dueño de todo lo que tiene. Es parte de su identidad, no solo su comportamiento.
La mayordomía no ordena sus finanzas de manera que pueda usar lo que quiera. Es ordenar su vida de tal manera que Dios pueda usarle como Él quiera.
En unos pocos años, todo lo que tenga será desechado, entregado o vendido a otra persona. ¡Todo! Nuestro tiempo aquí en la tierra es limitado, pero a los creyentes se les promete la eternidad en el cielo. Ese debe ser nuestro enfoque principal. Una perspectiva eterna nos dará la motivación para administrar sabiamente nuestros recursos aquí en la tierra.
Cuando se trata de gastar dinero, compre lo que necesita y evite un estilo de vida indulgente. Se puede lograr el equilibrio apoyando a las empresas locales siempre que sea posible y evitando las deudas. Para artículos costosos, recomiendo investigar para determinar marcas de calidad que durarán. Si puede comprar el producto american, ¡hágalo!
Cuando Nabucodonosor hizo que los residentes de Jerusalén se exiliaran a Babilonia, el profeta Jeremías les escribió diciendo: “…procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.”
Ese mismo principio de ser un buen ciudadano aplica hoy. Cuando apoyamos a artesanos locales, empresas manufactureras y compañías estadounidenses, ayudamos a hacer crecer la economía de nuestra nación. Considere las siguientes razones para comprar productos americanos cuando tiene la opción.
5 Razones para Comprar Productos Hechos en Estados Unidos
- Trabajos
Cuando se invierte dinero en productos fabricados aquí, el sector manufacturero crecerá más, crearán más puestos de trabajo y aportará dinero a la economía, lo que reducirá el déficit. El Instituto de Política Económica estima que 1,4 puestos de trabajo son respaldados por cada trabajo de fabricación de los EE. UU. Estos incluyen firmas de construcción, contadores, proveedores de energía, etc.
2. Control laboral
La salud y la dignidad de niños y adultos son violadas por la falta de estándares y las condiciones de explotación laboral en muchos países. Se estima que más de 160 millones de niños se dedican al trabajo infantil en todo el mundo con niños de hasta seis años en algunos lugares, y la posibilidad de que 12 millones de personas entre 10 y 14 años trabajen en China. Lamentablemente, el trabajo infantil conduce al tráfico de niños. Las leyes y las normas de seguridad protegen a los más vulnerables.
3. Control de calidad
La excelencia y la longevidad se pueden aplicar aquí. Además, la seguridad para los consumidores está protegida cuando los controles están en su lugar. Por ejemplo, se han encontrado toxinas en productos para mascotas importados y juguetes para niños, junto con luces de Navidad defectuosas.
4. Promueve la independencia
Comprar productos hechos en los Estados Unidos otorga una mayor sensación de seguridad cuando no se depende de las importaciones de otros países.
5. Mejor para el medio ambiente
Nuestra tecnología y nuestras leyes apuntan a proteger nuestra tierra y nuestra agua para las familias de hoy y las generaciones futuras. Muchos países con grandes operaciones de fabricación han contaminado su aire, tierra y agua debido a la falta de controles y medidas de seguridad.
Si desea comprar productos genuinos, busque una bandera y la etiqueta “Hecho en América”. ¿Sabía que el etiquetado “Hecho en EEUU requiere que solo el 75% de los componentes de un producto sean de procedencia estadounidense? Además, busque una etiqueta discreta de país de origen, un requisito de las agencias reguladoras que a menudo pasan desapercibidas para aquellos que se comprometen a comprar productos estadounidenses.
Dios no nos prohíbe que disfrutemos los beneficios de este mundo. Más bien, se nos amonesta a no enredarnos en ellos hasta el punto en que no podamos cumplir nuestro propósito principal de servirle. El propósito de los recursos es liberarnos para hacer más por Cristo, no menos. Enfocarse en la búsqueda de “cosas”, independientemente de dónde estén hechas, es uno de los mayores peligros que enfrentamos en los Estados Unidos. Nuestra gran abundancia amenaza nuestro requisito de ser mayordomos fieles.