Mayordomía Redentora™
Mayordomía Generacional
¿Cuál es el legado que dejo? ¿Cuál es la herencia que les dejo a mis hijos y a las generaciones venideras? ¿Cómo he preparado a la próxima generación para que sea mayordomo de su herencia?
Mayordomía Generacional™
Nuestro tiempo en la Tierra es corto, pero el impacto que causamos en el reino de Dios dura para siempre. Para practicar la mayordomía generacional, debemos vivir nuestras vidas con un propósito de manera que mucho después de que terminen nuestros días en la Tierra, Dios seguirá siendo glorificado por las decisiones que hemos tomado. Parece una tarea enorme. Pero es una que podemos asumir día a día para que a lo largo de nuestras vidas hayamos dejado un legado piadoso.
La mayordomía generacional es más que simplemente dejar una herencia monetaria, también se trata de dejar una espiritual. ¿Qué valores queremos transmitir a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos? Podemos dejarles un legado de gracia, buen carácter, generosidad y alegría. La Palabra de Dios lo explica de manera simple: debemos transmitir las "obras gloriosas del Señor, su poder y las maravillas que ha hecho". (Salmo 78: 4.) Cuando inculcamos estas enseñanzas en la próxima generación, los estamos elevando para que sean mayordomos fieles que prepararán a la generación posterior a ellos. Crown está aquí para ayudarlo mientras se embarca en este viaje.
En esta página encontrará recursos que le ayudarán a testificar a la próxima generación a través de un legado piadoso. Ya sea que necesite ayuda para planificar un testamento, aprender a vivir como un siervo o enseñar a sus hijos los principios de Dios, está en el lugar correcto. Esta elección que está tomando hoy multiplicará el reino de Dios mañana y para siempre.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que te mando hoy estarán en tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
(Deuteronomio 6:5-7)